Madre del buen Consejo

19.04.2018

María nos da el mejor consejo de todos cuando nos dice: "Haced todo lo que Él os diga" (Juan 2, 5). Efectivamente, el mejor consejo es decirnos que hagamos la voluntad de su Hijo, que vivamos sus enseñanzas.

Obra del Eterno Consejo quiere decir que Dios, desde toda la eternidad, pensó en María y la miró con complacencia; la amó con especial afecto y quiso hacer de Ella la Obra Maestra de su Infinito Poder, Sabiduría y Bondad, puesto que desde toda la eternidad la eligió y predestinó para ser la Madre de su Divino Hijo.

María está llena de manera singular del Don de Consejo, uno de los dones que el Espíritu Santo otorga, por el cual somos iluminados para conocer y para escoger siempre entre todas las cosas, aquella que mejor sirve para la Gloria de Dios y para nuestra salvación. Tenemos necesidad del Don de Consejo para defender nuestra Fe, para guardar el gran tesoro de la gracia de Dios, para huir del ambiente anticristiano, de todo el mal que nos rodea.

Debemos recurrir a ella para obtener este Don y así poder conocer, escoger y hacer siempre lo mejor para Gloria de Dios y bien del alma.

Este Don además se manifiesta en todas y cada una de sus apariciones, (basta leer sus sabios consejos y predicciones en Fátima, en La Salette, en El Cajas, en San Nicolás, al Padre Gobbi,...) donde aconseja tener cuidado con la televisión, no seguir la moda, cada vez más provocadora, nos habla del divorcio y sus consecuencias, del grandísimo pecado del aborto y la gran ofensa y dolor que provoca a Dios, nos habla de cómo Satanás está trabajando y bien a través de la Masonería, el Comunismo, el materialismo..., nos da sabios consejos para seguir a Jesús (oración, Rosario, penitencia, conversión, Adoración, lectura meditada de la Biblia,...), pronosticando distintos peligros como en Fátima las guerras mundiales, en Medjugorje la guerra de Yugoslavia, en Akita la erupción del volcán de Guatemala, en Kibeho (Rwanda) la guerra de los hutus y tutsis,...

De hecho María, llena de Fe viva, en sus últimas apariciones especialmente nos advierte de la proximidad del fin de los tiempos si no nos convertimos, y nos da un mensaje de Esperanza y de confianza, Ella estará al frente de su Iglesia y nos acompañará en este camino hacia el Maranathá: ¡Ven Señor Jesús!