Auxilio de los Cristianos
Esta letanía fue introducida a raíz del ataque de los turcos en 1.572, dirigiendo un poderoso ejército con el fin de conquistar definitivamente a Europa.
Las cualidades de María nos sirven de gran estímulo a los cristianos para intentar parecernos a Ella; María nos da aliento y su vida nos sirve de guía. Particularmente, son las cualidades que Luis María Grignon de Monfort destacó (ya indicadas en "Santa María") las que nos interpelan para imitarlas.
Su Fortaleza, su Fe Viva y Fidelidad al Espíritu Santo impresionan incluso para los que no tienen Fe, llegando a irse a Egipto para salvar a su Hijo por el seguimiento de la llamada del Espíritu Santo, en la entrega de su propio Hijo para nuestra salvación, en el seguimiento incondicional de la propia Pasión de Cristo para darle ánimos,...
Es su ejemplo de Mortificación Universal por todos nosotros lo que nos sirve a los cristianos poder valorar el poder de entregarse a las manos de Dios.
La vida de María explica el verdadero valor de los mártires, donde sólo a través de la aceptación del destino que Dios tiene para cada uno de nosotros somos capaces de ver la Luz, de ver la Gloria, como lo vivieron San Esteban en su muerte, María en la Pasión de Jesús, el propio Cristo en Getsemaní, donde Él mismo debe pasar y aceptar su destino para poder experimentar la Gracia de Dios para soportar su muerte.
Sólo con ese "sí" de María cuando nos llegan nuestras cruces veremos la Gloria en vida, sentiremos la Gracia como Ella.
"Sin Cruz no hay Gloria", sin aceptación de esa Cruz no habrá Gloria en vida; María nos demuestra a los Cristianos cómo con un "sí", ser fiel a Cristo da pleno sentido a nuestra vida y otorga el verdadero valor que tienen las bienaventuranzas, que no es otra cosa que la felicidad.
María nos sirve de ejemplo para llegar a ser mártires y ver la Gloria de Dios en vida si fuese necesario.
Así, nos da fuerza en este sentido, se convierte en nuestro auxilio, arropándonos con su Amor y cuidado si nuestro camino son las Bienaventuranzas:
- "Te daré la Alegría de la Cruz, incluso sentirás alegría en el dolor, es más, me ofrecerás todo tu dolor para alegrarme, incluso el más pequeño. Yo lo aceptaré como un don que el niño hace a la Madre y te lo cambiaré enseguida en alegría. La alegría que Yo te doy es profunda, no es superficial, es tranquila, no trae nunca turbación, es para ti, hijo, la alegría de la Cruz, la alegría de permanecer siempre en mi Corazón Inmaculado para sentir toda la amargura indecible de una Madre".
- "No tengas miedo, yo estaré siempre junto a ti; abandónate a Mí. Yo estaré contigo y te proveeré de todo: de casa, de vestido, de alimento, como una Madre saber hacer".
- "Os ayudo a sufrir, con la alegría de entregaros a los hermanos como se dio Jesús. Entonces llevaréis vuestra Cruz con alegría, vuestro sufrimiento se volverá dulce y será vía segura que os conducirá a la verdadera paz de corazón".
- "Bajo mi manto curaré tus heridas, te daré el manjar que nutre, te cubriré y vestiré, te formaré y conduciré con maternal firmeza. Te llamo a refugiarte bajo mi manto, serás invitado a gustar en mi Corazón inmaculado las íntimas alegrías de mi Amor".
- "Yo seré tu Capitana, entrégate a Mí, como un niño. Estaré siempre contigo y te protegeré y defenderé, enjugando todas tus lágrimas sólo como una Madre sabe hacerlo. Seré tu Luz, abandónate a Mí, habla conmigo: dame tus dificultades, tus sufrimientos, tus dolores".