Salud de los enfermos

26.03.2018

María nos trajo la Salud a los enfermos, porque nos dio al médico divino, a la medicina perfecta.

El pecado original introdujo en el mundo la enfermedad y la muerte. En medio de esta condición, cuánto necesitamos del médico, pero aun los más sabios y mejores, en muchos casos, no pueden curar algunas enfermedades.

La Santa Iglesia nos propone una Doctora poderosa, sabia y amorosa: La Santísima Virgen María, salud de los enfermos, que nos ayuda y conforta.

Esta Medicina concede la salud al alma, si nos esforzamos por conseguirla (el enfermo debe tomar la medicina que le receta el médico para alcanzar la salud).

Son innumerables los testimonios de curaciones milagrosas que se encuentran en algunos Santuarios Marianos por ejemplo: en Fátima y en Lourdes. Son testimonios de gratitud a Ella por favores recibidos, especialmente por la curación de algún ser querido enfermo.

Los ejemplos de las conversiones obtenidas en el lecho de muerte, inclinan el corazón a la esperanza en la clemencia Divina y manifiestan la bondad inagotable y la poderosa Intercesión de María.

La verdadera Salud radica en la certeza de la promesa de María y Jesús del anhelado Reino de los Cielos, tal y como María siempre nos asegura en sus apariciones:

  • "Reconoced al Señor, Él es vuestro amparo en la lucha cotidiana, dejadlo permanecer en vosotros. Que su Cruz sirva para aumentar la fe. La sabiduría del Señor borra todas las tinieblas que os envuelven y da la Luz para siempre".
  • "Nunca os rebeléis al sufrimiento que os manda porque luego viene una respuesta de amor a vuestro dolor, El Señor todo lo puede".
  • "El que viene a Mí será consolado".
  • "Sana tiene el alma el hombre que huye del pecado y la mentira. El que acepta lo que viene de lo Alto. Aquel que no se aparta de la Verdad o sea del Señor. El que desea Su Luz. El que está permanentemente con Cristo. El que no duda de Su Poder. Y el que se da por entero al Señor"
  • " Bendita esa debilidad, si los ayuda a encontrar a Cristo".
  • "Quien no padece no ama".
  • "Quiero sanar a mis hijos, de esa enfermedad que es el materialismo y que muchos padecen"
  • "Nada levanta tanto, como saberse amado por Jesucristo".