Familiaris Consortio

03.02.2019

Se adjunta a continuación la Exhortación apostólica de San Juan Pablo II, Familiaris Consortio.

 En dicha Exhortación, San Juan Pablo II analiza, con total sencillez (hasta el punto que apenas se puede resumir) la situación de las familias, sus peligros, sus deberes, y las claves de sus cimientos en el mundo actual para perdurar.

Es un deber de TODA la Iglesia defender a la familia como institución, la cual es el cimiento de la sociedad.

¡El futuro de la humanidad se fragua en la familia!

El Matrimonio cristiano es una Gracia y hoy a muchos se les olvida que como en Caná, la Virgen, San José y Cristo nuestro Señor median y ayudan a las familias cristianas para defenderlas de sus peligros activamente, pero para ello es fundamental cimentarla con bases sólidas y estar atento para no perder la Gracia, mediante la práctica de los Sacramentos del perdón y Eucaristía de manera frecuente, sabedores que el Amor, base fundamental de la familia, consiste en la renuncia de uno mismo.

Se citan a continuación los derechos que deben ser inalienables a la familia:

  • a existir y progresar como familia, es decir, el derecho de todo hombre, especialmente aun siendo pobre, a fundar una familia, y a tener los recursos apropiados para mantenerla; 

  • a ejercer su responsabilidad en el campo de la transmisión de la vida y a educar a los hijos; 

  • a la intimidad de la vida conyugal y familiar;

  • a la estabilidad del vínculo y de la institución matrimonial;

  • a creer y profesar su propia fe, y a difundirla;

  • a educar a sus hijos de acuerdo con las propias tradiciones y valores religiosos y culturales, con los instrumentos, medios e instituciones necesarias;

  • a obtener la seguridad física, social, política y económica, especialmente de los pobres y enfermos;

  • el derecho a una vivienda adecuada, para una vida familiar digna;

  • el derecho de expresión y de representación ante las autoridades públicas, económicas, sociales, culturales y ante las inferiores, tanto por sí misma como por medio de asociaciones;

  • a crear asociaciones con otras familias e instituciones, para cumplir adecuada y esmeradamente su misión;

  • a proteger a los menores, mediante instituciones y leyes apropiadas, contra los medicamentos perjudiciales, la pornografía, el alcoholismo, etc.;

  • el derecho a un justo tiempo libre que favorezca, a la vez, los valores de la familia;

  • el derecho de los ancianos a una vida y a una muerte dignas;

  • el derecho a emigrar como familia, para buscar mejores condiciones de vida.