Madre de Misericordia

16.04.2018

En el Magníficat, Santa María canta la misericordia, el amor alegre de Dios que viene a devolver la felicidad a un mundo entristecido. Ella es la primera Hija de la misericordia de Dios; y a la vez que Hija, es Madre del Dios de misericordia: por eso la llamamos Mater misericordiæ.

Dios ha tomado la iniciativa; ha escogido la tierra fértil de su generosidad y de su abandono, y ha inaugurado en María e Isabel la verdadera primavera de la historia.

Por otra parte María es Hija de Dios y Madre de Dios: engendró a Aquel que la había creado, y que la había redimido, ciertamente de un modo especial que la distingue de todo el género humano: «María recibió en su concepción la bendición del Señor y la misericordia de Dios, su salvador». Ella es por eso la primera Hija de la misericordia de Dios. Y a la vez que Hija, es Madre del Dios de misericordia: por eso la llamamos Mater misericordiæ, Madre de la misericordia.

Nuestra Madre disuelve la soberbia de nuestros corazones y nos ayuda a hacernos pequeños, para que Dios ponga los ojos en nuestra humildad y nazca Jesús en nosotros.

Todas las generaciones la han llamado y la «llamarán bienaventurada», porque el amor trae consigo la alegría, pero es una alegría que tiene sus raíces en forma de Cruz.

Con su Hijo, Santa María sufrió en el Calvario "el dramático encuentro entre el pecado del mundo y la misericordia divina". La Piedad, como ha venido a llamarse la escena de la Virgen con su Hijo muerto entre los brazos, expresa intensamente esta participación íntima de nuestra Madre en la misericordia de Dios.

Como demostración de Misericordia, ante las eternas dudas sobre la elección que la propia Patricia Talbot tenía de sí misma como vidente en El Cajas, al ser inicialmente una chica absorbida de facto por el mundo materialista como modelo, la respuesta de María fue muy simple: ¡cualquiera puede!, es un mensaje a toda la humanidad de que la eterna Misericordia del Señor puede alcanzar a todos por más que tengan los pecados horribles, para eso murió Jesús en la Cruz, para el perdón de nuestros pecados.

De hecho en las últimas apariciones de María, muy pródigas en la segunda mitad del siglo XX, es un hecho que la inmensa totalidad de los videntes son seglares, no consagrados, precisamente para demostrar que todos estamos llamados a la Santidad y la Eterna Misericordia de Dios es grande.

María nos expresa cómo Dios es infinitamente Misericordioso y su misión es la de salvarnos: toda María es por nuestra Redención y por Gloria a Dios:

  • "Motivo de mi llanto, del llanto de la Madre, son estos hijos míos, que en gran número viven olvidados de Dios, sumergidos en los placeres de la carne, y corren sin remedio hacia la perdición (...) mis lágrimas han caído en la indiferencia y el olvido".
  • "Se ha llegado a la negación del pecado, a justificar incluso los más graves desórdenes morales en nombre de una libertad falsamente entendida".
  • "Casi se ha perdido el sentido del arrepentimiento, que es el primer paso que hay que dar para ponerse en el camino de la conversión"
  • "Se ha legitimado el gran delito del asesinato de los niños inocentes en el seno de sus madres".
  • "Esta es la hora de la justicia y la Misericordia"
  • "Me dirijo a los que están solos, sin compañía alguna: buscad compañía en el Señor y no sentiréis la soledad. Esta es mala consejera, atrae a la tentación, al pecado, no la dejéis entrar en vosotros".
  • "Dadme vuestros corazones, que Yo los transformaré en tiernos retoños y los haré crecer, amando más y más al Señor".
  • "Te llevaré con Amor a Jesús en la Eucaristía y formaremos una barrera infranqueable de Amor, Jesús, tú y yo".
  • "Soy vuestra Madre, dulce y misericordiosa. Hace muchos años que imprimí mi Imagen en la tilma de mi pequeño hijo Juan Diego a quien me aparecí. Hoy quiero imprimir mi Imagen en el corazón y en la vida de cada uno de vosotros. Estáis así marcados con mi sello de amor".
  • "A la hora que todo parezca perdido todo se salvará por el Amor misericordioso del Padre que se hará visible a través de la mayor manifestación del Corazón Eucarístico de Jesús".
  • "Soy la Madre de la Misericordia mi presencia en esta hora quiere manifestarse más poderosa allí donde mi adversario ha causado mayor daño y mayor devastación".
  • "Mi misión materna ha sido la de daros a Jesús que es la revelación del amor misericordioso del Padre".
  • "Yo soy la Madre de la Esperanza. No os desanime el gran hielo que recubre el mundo porque cada día esparzo por doquier semillas de vida y de Resurrección. Yo soy el Alba que precede al Sol, soy la Aurora que da comienzo al nuevo Día, soy la madre de la Santa alegría".