Oración
18.05.2018
Sin oración, nunca nos acercaremos a Dios ni conoceremos el profundo Amor que nos tiene.
Nos apropiamos del método de oración de los Franciscanos de María:
Me fio de Ti
Te quiero
Te adoro
Te doy gracias
Te pido perdón
Te pido gracias
Me ofrezco a Ti...
...Como María
- Déjate moldear y formar por Mí, como un niño, con confianza y abandono. Sentirás mi Amor, el cobijo que necesitas.
- Cuando lo necesites acude a Mí, Yo te responderé.
- El Señor no es tristeza sino alegría. Pasado el tiempo veréis que quien se dedica y camina junto a Él se verá fortalecido en la fe.
- Buscad compañía en el Señor y no sentiréis la soledad.
- Venid hijos míos, qué suave es mi mano para curar vuestras heridas, cálida mi voz para haceros escuchar la llamada del Señor.
- Cuando el hombre comienza a ver su pequeñez, ahí empieza a conocer a Dios.
- Dadme vuestros corazones, que Yo los transformaré en tiernos retoños y los haré crecer, amando más y más al Señor.
- ¡Es tanta la belleza que el Señor tiene reservada para los que lo aman!
- Yo soy la señal, soy la Madre, la presencia protectora que asegura a los hombres el acercamiento a Cristo.
- Sin oración no descubriréis este camino.
- Nada es más importante ni nadie, daos a la oración con Amor. Dios os recompensará con abundantes Gracias.
- Rezad antes de cada trabajo y al acabarlo. En la oración encontraréis descanso.
- Abríos a Dios y dadle todas vuestras dificultades. No podéis abriros a Dios si no rezáis
- Si rezáis, el hielo de vuestros hermanos se derretirá.
- A través de la oración, crezcan día a día en la intimidad con Dios.
- El Señor puede cambiar vuestra vida, orad, entregaos a la oración, Él está esperando a cada hijo para recibirlo y que ese hijo lo quiera recibir a Él.
- Renovaos con la oración, con intensa oración. Quiero perseverancia, quiero fidelidad, quiero auténticos consagrados.
- Cuando un hijo comienza a orar, ya, en ese momento, está en presencia de Dios y desde ese momento, Dios lo ampara.
- La oración, consuela, defiende al alma del maligno y no permite que el alma caiga en las tinieblas.
- Sólo te pido silencio, humildad, confianza plena, y que hables conmigo: cuéntame tu sufrimiento, confía en Mí. Ofréceme tu dolor y yo estaré contigo.
- No mires la televisión, quédate conmigo en oración.
Padres, tened conciencia de que vosotros conseguiréis más de vuestros hijos con la oración, penitencia, ayuno, que con vuestras palabras y sermones, que caerán en oídos sordos.