Madre Purísima

27.04.2018

En el Dogma de la Inmaculada Concepción, o también llamado de la Purísima Concepción, manifestamos creer y atribuimos a María este título, de la total y perfecta exención de toda sombra de culpa y defecto. Pureza excepcional, integridad de vida que no la tiene igual ni semejante, nadie más.

Únicamente en María nada que sea mancha se encuentra en Ella, jamás pecó, liberada completamente del pecado original, pero admitiendo libremente y voluntariamente el destino al cual había sido llamada desde su creación por Dios.

En Madre Inmaculada se analiza lo que significa ser Inmaculada y que Ella sea, para siempre, Inmaculada.

  • "¡Si supieras cuánto ama mi Corazón y qué preferencias tiene por la Pureza!. Esta es una virtud que abre las almas para recibir un influjo mío especial de amor, que les permite verme y sentirme presente en ellas".
  • "Si sois puros, hijos míos, podéis ver mi Luz".
  • "Hoy hijos míos, acojo con alegría el perfume de vuestra pureza y lo deposito en mi Corazón Inmaculado para ofrecerlo en señal de reparación".

En otro sentido que María también destaca, la purificación de este mundo, es una necesidad que María reclama al mismo tiempo:

  • "Hoy hijos míos, acojo con alegría el perfume de vuestra pureza y lo deposito en mi Corazón Inmaculado para ofrecerlo en señal de reparación"-
  • "Nunca tanto como hasta ahora el demonio ha logrado seduciros tanto. Os seduce con el orgullo y así llegáis hasta justificar el desorden moral".
  • "¡Qué numerosos son hoy mis pobres hijos que pasan años sin confesarse! Se pudren en el pecado y se consumen en la impureza, se dejan dominar por el apego excesivo al dinero y por el orgullo".
  • "Venid a beber de este agua me ha venido a lavaros de la fuente".
  • "Lavaos en la fuente de aguas vivas que emana del Corazón traspasado de mi Hijo Jesús y que la Iglesia sigue ofreciendo con sus sacramentos en especial con el de la reconciliación".