Trono de Sabiduría

08.04.2018

Jesús, Dios, es el que tiene toda la sabiduría del universo, y la más perfecta. En las Escrituras vemos que los apóstoles reconocían que Jesús sabía todo. En otros textos leemos que esta sabiduría de Dios es infinita y que con ella creó este mundo, lo hizo perfecto en un inicio. Esta misma Sabiduría se hizo hombre y vino a poner su morada en el seno de María. La Biblia dice que la Sabiduría no habita en un cuerpo sometido al pecado.

Se le dice Trono de la Sabiduría a María porque:

  • Dios puso su sede en sus entrañas.
  • Por encima de todos los santos, María posee en grado perfecto la virtud de la Sabiduría, está Llena de Gracia, más aun, Ella es la Sede de la Sabiduría. Fue dotada por Dios de un entendimiento naturalmente perfecto, ejercitado y enriquecido por la continua y altísima contemplación y por el conocimiento de la Escritura.

En los treinta años que vivió en íntima unión con la Sabiduría Encarnada, cuántas veces recibiría María en el secreto de la Casa de Nazaret los vívidos rayos de la Sabiduría Eterna en los que Ella recogía hechos y misterios; palabras y recuerdos en el santuario de su corazón y los conservaba. Era el tesoro de las diversas riquezas que, pasando por su alma de Madre, se convertían en leche de vida, de sabiduría y de gracia para sus hijos. Ella más que ninguna criatura angélica o humana, penetró en los profundos Misterios de la Divinidad, rozando, por decirlo así, los confines de lo Infinito.

La manifestación de la Sabiduría de nuestra Madre se demuestra en todas sus apariciones, muy pródigas en estos últimos años, a través de sus consejos, sus interpretaciones del Evangelio, sus claves de cómo vivir para acercarnos a Ella, cómo interpretar el momento en el que vivimos, en los avisos sobre los peligros que nos acechan,...

Pero la Sabiduría de María no es para sí misma, quiere moldearnos si nos dejamos:

  • "Les daré el don de la Sabiduría del corazón y comprenderán conmigo el porqué de cada una de las cosas".
  • "Poneos bajo mi amparo y estaréis totalmente protegidos, dejad a vuestra Madre dirigir vuestros pasos y será posible vuestro encuentro eterno con el Señor".